Pasado mañana se termina este año, sobra decir que ha sido un año difícil y triste.
Soy afortunada en decir que tengo saldo blanco aunque un poco gris en algunos meses, pero llegando casi “safe” al final.
El COVID se llevó a un gran amigo, excelente padre y esposo así como como a varios conocidos del trabajo de mi esposo, esta enfermedad no ve nada, solo se presenta y arrasa.
Aún me parece desesperante, increíble y de ficción que las personas estén pagando casi al mejor postor por tener oxígeno, por Dios! Oxígeno! Dios no cobra el oxígeno y se está vendiendo! Por eso estamos así, por avaros, los concentradores duplicaron su precio, alguien de mi familia lo está necesitando y hubo ocasiones muy angustiantes donde no se podía conseguir rápido, caray, la desesperación de saber que alguien que quieres le falta el aire es terrible, vamos, el aire para respirar, nada más y nada menos, como hacer para “jalar” algo que no ves y poder dárselo mientras hay colas y lo niegan o simplemente no hay, el corazón se exprime y la angustia te llena los pulmones, insisto, es de no creerse.
Pasado mañana se acaba este año, un año que me ha dado tristezas y preocupaciones así como grandes frustraciones, ha sido el año del “No” para mi hija, no regresó a su preparatoria, no tuvo despedidas, no tuvo viaje de graduación, no tuvo entrega de diplomas, no se pudo despedir de amigas que están estudiando fuera, no tuvo primer día de universidad, todo ha sido en línea y como le digo, ya tendrá lo que no pudo ser ese su momento, desfasado pero con salud y todos unidos de nuevo de forma presencial, hay que tomarlo como un avance distinto, pero se avanza también.
Claro que no queremos nueva normalidad, que nos regresen la vieja! Los abrazos, los desayunos, los viajes, las clases, las reuniones con la familia, como se extrañan, necesito abrazar a mi Papá, a su esposa, a mi hermana y su familia, a mis sobrinos, a primas, cuñadas, amigas, a la gente que amo, el encierro o es problema, estoy con mis hijos y esposo, pesa la falta de contacto personal, el estar.
La bendición es la salud y la promesa de volvernos a abrazar, de poder volver a sentarnos en la misma mesa sin miedo a contagiarnos o a contagiar.
Yo recibí este año con muchas ilusiones y expectativas, tendré cuidado en la forma en la que llega este 2021, prefiero recibirlo solo con la ilusión de que todas las personas que amo tengan salud, lo demás que se presente solo.
Uvas, salir con maleta, no, este año no gracias, solo con el deseo de volver a abrazar y que todo vuelva a ser como antes.
Desde lo básico agradezco todo, mi casa, tener agua limpia y caliente, comida en mi mesa, escuchar cuando llega mi esposo y poder seguir viendo crecer a mis hijos, hablar con mi Padre y saber que está ahí aunque no pueda verlo, agradezco la salud de las personas que enfermaron.
Gracias señor por mi familia, toda mi familia, la de sangre, la política y la elegida.
Agradezco infinitamente lo que no tengo porque por algo no es así y no deseo nada más.
Pasado mañana se termina este año y la verdad me urge ver como desaparece.
A los 40, jamás imaginé vivir una situación como la que todos estamos pasando, solo agradezco que sigan por aquí y solo les deseo salud, alegrías ,todas las bendiciones y un año tranquilo.
Gracias por tu valioso tiempo
