Resituarse
Hay que ver qué hacer con la nueva situación.
Hoy es primero de mes, han ocurrido bastantes situaciones, lamentables todas, pero cada mañana sin falta ha salido el sol, eso es lo que a veces le brinca a una, como el sol sigue brillando ante tanta tristeza, pero eso también es lo que nos regala Dios, un nuevo día para reinventarnos y poder sentir que ese milagro que tanto pedimos en realidad lo representamos nosotros mismos, con el simple hecho de poder abrir los ojos y ver hacia adelante, por supuesto el hoy, porque mañana pues quién sabe. Así que hoy decido como voy a pasar mi día y si puedo comienzo a planear lo que puedo llegar a hacer mañana.
A esto me refiero con resituarme, creo que todos nos tenemos que ubicar en una nueva vida cada día, poner un poco en off o en silencio la cabeza y dar paso a lo que realmente siente el corazón, como nos sentimos y en qué parte del cuerpo me resuena todo aquello que he pasado.
Hecho esto, asimilar y ver que tengo en el alma para seguir y acomodarlo para caminar de nuevo.
Las lágrimas son promesas de curación, eso me tiene convencida.
Hoy, a un mes de terminar el año, personalmente comienzo a cerrar ciclos, agradezco poder hacerlo, despido todo aquello que fue con bendiciones y veo los que se quedan abiertos, esos son los que me ayudan a crecer en armonía, antes me aferraba mucho a los cariños, hoy suelto, no es fácil pero la práctica ayuda en el proceso, lo extraño es que en más de cuarenta años he despedido en los últimos dos a más de lo que en toda mi vida y eso me extraña mucho, supongo que los cuarenta así son, ya no soy tan tonta o tolerante, pero tampoco soy de piedra, al contrario, más sensible pero menos débil tal vez.
A los 40 resituo mis emociones, las vivencias, los cariños, las despedidas, la salud, las oraciones y las expectativas, es un buen ejercicio, te ubicas más fácilmente y La Paz llega más pronto y en el momento correcto.
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