sábado, 27 de agosto de 2016

Lety, mi amiga del cielo

Hace unos dias recibi una llamada a las 6 de la mañana del teléfono de mi amiga Lety, yo estaba dormida y pensé, "ya se organizó un desayuno"...mi sorpresa fue que no era mi amiga, la voz detrás de la linea era de su hijo quien por cierto es de los mejores amigos del mío, me extraño mucho, me dijo que su Mamá, así como así, se habla enfermado, se complico y que lamentablemente había fallecido.

Tarde unos segundo en reaccionar, pensé que estaba dormida pero no, aun seguía hablando Su hijo y solo atine a decirle que me repitiera porque no entendía nada, me lo confirmó: mi amiga, mi querida amiga Lety ya estaba en camino al cielo, colgué y lo primero que me vino a la mente en medio ya de un gran llanto fue que tenia que avisarle a mis otras dos amigas pues siempre las cuatro nos juntábamos los miércoles, marque sin éxito y solo mande un mensaje de "necesito que se comuniquen ya".

Lety y yo somos amigas desde hace mas de seis años, primero por los hijos y luego por nosotras, como ya comente por varias circunstancias nos comenzamos a juntar los miércoles para tomar café, frappes y muchos postres, era nuestro día de azúcar, donde nos contábamos las penas, las alegrías, la cotidianidad de cuatro madres de adolescentes, la pasamos siempre super y hubo ocasiones donde nos disfrazamos, en halloween o en Navidad, siempre había algo que festejar, todo fue risas y unión entre cuatro mujeres con mucho en común.

Cada miércoles una casa diferente y en los cumpleaños y navidades lo que nos regalábamos era igual así las cuatro lo teníamos iguales, lo ultimo que Lety nos dio fue un llavero de Mickey de su ultimo viaje a Disney con forma de llave, el cual estaba tan lindo que acordamos en hacerlo dije para un collar.

Siempre que Lety me marcaba y me decía, "¿me acompañas?" no dudaba en acompañarla pues la verdad nos divertíamos mucho.

El ultimo miércoles iba a ser en mi casa después de casi tres de no vernos por las vacaciones, fue nuestro ultimo miércoles juntas, solo que en su funeral, con nuestra llave al cuello a manera de homenaje y cariño, lloramos mucho porque aun no era tiempo de que se fuera y porque sabemos que se lleva una parte de nuestro corazón con ella pero nos deja una huella imborrable de amor en el alma.

Hablar de Lety es hablar de un gran ser humano, una gran madre, amorosa y preocupada como todas, siempre se enorgullecía de sus hijos y nos platicaba de sus triunfos personales y escolares, enamorada esposa y excelente mujer, a las dos nos gustaba mucho estudiar y coincidimos en nuestra ultima graduación de Diplomado hace apenas tres meses, gran anfitriona, siempre llena de detalles y con un corazón enorme que siempre estuvo dispuesto a dar a quien fuera lo que fuera.

Su voz siempre amable y tranquila, nunca tuvo prisa de nada, bromista, alegre, muy fashion y arreglada, sus pestañas largas eran su marca personal así como la gran luz que siempre dejaba a quienes conocía.

Conocer a mi querida Lety fue una prueba viviente de las que las personas buenas si existen. 

Una persona calida y de calidad, leal, amable, justa, educada y muy sonriente, así siempre la voy a recordar.

Lo primero que me dijo cuando la conocí por mi cuñada es que esperaba que nuestros hijos llegaran a ser buenos amigos, qué sorpresa que ya lo eran y lo siguen siendo.

A los 40 una amiga me dijo que las amigas son propias porque las escogemos y es cierto, este dolor es diferente, personal de una forma distinta, es y era Mi amiga, con la que decidi y me permitió compartir mi vida, mi casa y mi familia y también me compartió la suya, quien entro a mi corazón porque Dios nos regalo el momento de conocernos,  por el simple gusto de estar con un alguien que valía mucho como ser humano y que me dejo mucho aprendizaje pero sobre todo cariño incondicional.

Gracias por ser tan auténtica, por tus palabras, tu apoyo, tus porras en el blog, por las pláticas, los postres, los momentos compartidos, las risas porque ¡como nos reíamos!, por estar al pendiente, por todos estos años en los que tuve el gran honor de compartir tan linda amistad, porque podíamos hablar de todo y siempre todo quedaba bien.

Se que en algún momento te volveré a ver mi amiga linda, estaré al pendiente de lo que ocurra con tus hermosos hijos así como estoy segura que tu lo hubieras hecho con los míos, te quiero para toda la vida, me haces falta y los miércoles siempre estarás entre nosotras, dejas un espacio irremplazable dentro de nuestro corazón, hasta siempre mi querida Lety, hasta que volvamos a abrazarnos de nuevo. Descansa en paz mi Lety S.





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