El Abandono.
Cuando te abandona uno de tus padres te cuestionas los valores, el cariño y tu seguridad se ve resquebrajada por el dolor. Es un desgarro que siempre vas a llevar a cuestas y mas cuando eres niño y te transformas en adulto, una parte de ti se pierde para siempre. Sin embargo te levantas y sigues porque no hay de otra.
Si el que te deja es tu pareja es un gran fracaso, toda la expectativa de vida se viene abajo, tus sueños, tus ilusiones, tu amor, pero caminas de frente y comienzas de nuevo.
Si un hermano te abandona es una pesadilla pues es de las pocas personas en el mundo con la que de seguro cuentas, otra marca de hierro para el corazón.
Los hijos en algún momento también se van, pero esa es ley de vida y de tu cuenta corre no perderlos jamás.
Ahora si fue una amiga, pues mala suerte y elección, duro si, triste, también pero nadie es indispensable.
Quien jamás te abandona es Dios y mientras puedas sentir su abrazo en el alma entonces podrás superar o sobrellevar las penas que cualquier persona te haya hecho.
A los 40 claro que he tenido abandonos y tristezas profundas, pero de una forma u otra con tiempo y lagrimas, así como con el amor de mi familia y otras personas me he vuelto a levantar.
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