Hay noticias que te caen como bomba y verdaderamente te alteran todo lo emocional, lo físico, la rutina, en fin, te paralizas del miedo.
Una cosa es asustarte y otra muy diferente tener miedo.
Miedo a perder la persona que más amas en la vida, fuerte ¿verdad?, la reacción es lo de menos, el proceso es el que cuenta.
Aprendí a controlar "la fachada" sonríes, te involucras pero en el fondo me encontré ausente, trate de seguir la rutina, los hijos, la comida, las escuela, el súper, mi master de logoterapia y aplique lo aprendido en el mismo.
"Si no puedes cambiar una situación que te provoca dolor, puedes cambiar la actitud ante la misma" "Si el dolor es inevitable el sufrimiento es opcional", las máximas el Dr. Víktor Frankl.
Me dediqué a encontrar valor en los momentos diarios, me levante muy temprano y trataba de no perderme el amanecer, otra oportunidad de vida, un regalo más.
Así pase el último mes, tratando de buscar sentido y me encontré más con Dios, mi fe creció más de lo que yo creí que ya tenía.
Llego el día tan esperado, la persona que más quiero se enfrentó con gran entereza y paz a su enfermedad y salió bien, muy bien! El milagro llego, yo estaba segura, todo ha sido una bendición.
Hace unos meses le comenté a una amiga que no se preguntara el porqué, más bien había que encontrarle el para que de lo que vivió, hoy yo descubro el para que de esta experiencia amarga con final feliz.
A los 40 mi para que fue redescubrir mi Fe, me di cuenta que estoy dejando pasar mucho tiempo valioso para estar con las personas más importantes para mí, nos unimos en oración personas muy cercanas a mí pero desconocidas entre ellas y al final siento que formamos un lazo fuerte de amor y empatía sincero.
También descubrí que hubo familia y amigas que brillaron por su ausencia cuando pensé que serían las más cercanas, eso también se agradece y el cariño no se modifica tampoco, no hay un reglamento de permanencia y eso también es bueno.
Hoy agradezco a Dios, a la Virgen esta nueva oportunidad de apreciar mi familia, de valorar más la vida, de estar más cerca de quién me puede necesitar y de agradecer la gran bendición de contar con las personas que me rodean, que la familia no siempre es de sangre...que hay más amor de lo que yo llegue a sentir y que si, estamos acostumbrados a dar pero parece que nos negamos el recibir y hay que darse el apapacho de recibir también porque lo merecemos, es un regalo en sí, la vida, la familia, las amigas, son bendiciones.
Cuando las oraciones suben, las bendiciones bajan, ¡de qué manera bajaron! Gracias Dios, gracias vida, mi fe ha vuelto con más fuerza.
Gracias por tu tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario