Hay días en los que de verdad una quisiera quedarse en la cama.
Han sido días muy intensos de muchas formas, todas buenas gracias a Dios, pero ya no es lo mismo veinte años antes que veinte después, jajaja, la verdad es que estoy un poco cansada.
Pero como toda mamá, cansarse no es opción, así que desde temprano ya ando para arriba y para abajo.
El que no se cansa es mi hijo, acaba de regresar de un viaje con sus amigos y ¿porque no? hoy ya tiene plan (en casa por lo menos) para ver el fútbol, pero ¿quién es la que encarga de que todos estén contentos? Pues ¡yo! La mesa, los refrescos, la botana, (hoy hay pizza), me encanta que vengan los amigos, no lo voy a negar, así que arriba y con ganas, pero creo que unas vitaminas no me van a hacer nada mal.
Por la tarde hay que llevar a la hija al gimnasio, tal vez me de una vuelta por el súper por algunos faltantes en casa, la idea es que ya hoy a las siete ya pueda estar tranquila viendo alguna serie.
Así es esto, no soy la única que corre, la verdad me encanta, no hay nada como estar ocupada en algo y que mejor que sea con la familia, eso de no hacer nada es también horrible, poco provechoso y muy aburrido.
A los 40 confieso que si me canso, pero es un cansancio bueno, sano, pero hoy, esta mamá ¡si se duerme temprano!
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