Cuando la noche en su obscuridad me abraza.
He tenido mis días buenos pero también los he tenido muy malos, he tenido éxitos pero antes también he fracasado, he reído muchísimo pero también las lagrimas se han asomado miles de veces por mis ojos.
En el descanso de la noche me encuentro conmigo, así, sola, enumero lo que hice en el día y veo si me he equivocado, si ha sido así pienso la forma de arreglarlo lo mas amablemente que puedo ser, si mi día fue bueno trato de guardar esa ventaja para poder seguir actuando de la misma forma o mejor.
En el descanso de la noche hablo con Dios, me reconcilio con mis sentimientos, abrazo dentro de mi corazón a los amores que ya no tengo y espero la mañana para poder hacerlo con los tengo junto a mi.
En el descanso de la noche agradezco las bendiciones y las enseñanzas, valoro el amor y las virtudes de quienes me rodean y toco sus corazones con mi cariño.
En el descanso de la noche me permito volver a soñar y planeo lo que seguirá a la mañana que no tarda.
A los 40 valoro mis momentos de reflexión, donde solo estoy yo y no tengo que quedar bien mas que con mi persona, donde puedo ser real y reflejarme en el espejo de mi propia existencia.
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