miércoles, 21 de enero de 2015

Valorar a nuestros Abuelos.

Hay que valorar lo que tenemos antes de que se vuelva un recuerdo, comenzando por los sentimientos hacia otras personas, no hay q olvidar que va a llegar el día en el cual ya no podamos hablar con ellas, el poder dar un abrazo con mucho cariño,el decir, te quiero (que ya lo hable en el otro blog) el poder pasar ese valioso tiempo con tus amigos, con tus padres, si todavía los tienes, escuchar sus historias todas estas anécdotas de su juventud hacen que tu día, ese momento tenga un valor invaluable.
El poder hablar con los abuelos además de que nos dan sabiduría nos regalan de regreso un amor tan grande tan sincero que se llena con canciones, con postres, con aromas, yo me acuerdo que mi abuelo olía a lavanda, ahora ese olor me lo recuerda irremediablemente aunque ya no está conmigo.
Las historias de nuestros abuelos, sus costumbres ya heredadas, las travesuras que hacían, la moda de aquel entonces, las fotos en blanco y negro, todo eso es tan hermoso, tan valioso, que siempre hay que guardarlo en el corazón,otras épocas, otra forma de ver la vida, y lo mas bonito es que al final del día se quedan los mismos valores y la misma educación.
Hay que atesorar a nuestros adultos mayores o sea a nuestros queridos abuelos, hay que tenerles mucha paciencia y con todo el cariño del mundo escuchar así sean 1000 veces todas sus aventuras pues eso los hace sentir seguros y sobretodo amados, hay que cuidarles el paso para que no caigan pues ya son frágiles y estar muy al pendiente por si tienen frío o calor pero sobretodo hay que estar con ellos, brindarles nuestra compañía porque siempre estuvieron para nosotros y estoy segura que hasta el último día siempre permanecerán a nuestro lado amándonos como cuando éramos unos niños.
Muchos de mi generación tienen la bendición de tener a sus Abuelitos y al mismo tiempo nuestros Padres ya lo son, así que doble suerte y doble ejemplo para nuestros hijos, que maravilla y que gran aventura familiar los que pueden vivir esta gran experiencia.
A los 40 me hacen falta, extraño tanto mis abuelos, pero sé que dentro de mi corazón, siempre vivirán a mi lado.


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