Nunca hay que darse por vencido, lo que mas se valora es lo que se lleva tiempo y esfuerzo, hay momentos en los que no hay que ver con los ojos, hay que sentirlos, intuirlos, hacer tuyo ese momento, esas corazonadas que se tienen en cualquier parte de tu vida, con los niños, las amigas, la familia o hasta cuando cocinas, hay que hacerles caso porque por algo son.
Cuantas veces salimos de casa con una buena sensación de un gran día y todo ocurre y marcha de maravilla, dicen por ahí que pide y se te concederá, ese día pediste ser feliz y estar de buenas, lo mas seguro es que sea así, pero si aunque estés feliz hay algo por ahí que te dice mejor no salgas, lo mejor es quedarse, ya va uno predispuesto y algo puede pasar.
Tu voz interior, esa que nunca esta callada ni en los momentos más silenciosos, es la mas sabia, unos los llaman conciencia, otros sexto sentido, yo lo llamo estar alerta en especial a los estímulos que lo provocan, es como cuando tu Mama te decía que tal amiga no le latía y al final del año o al cabo de unos mas te dabas cuenta que tenía razón, esa intuición jamás hay que ignorarla, puede salvarte de muchas cosas.
A los 40 comprendo y acepto mi voz interior, mis alertas y estoy en plena conciencia, que las cosas forzadas no se dan, como dicen si es para ti aunque te quites y si no lo es aunque te pongas y que ser positivo no es una pose es una condición de vida aunque existan ocasiones en que te va de la fregada, si las afrontas con un ¿para que? y no con un ¿porque? el viaje te lo aseguro va a ser mas ligero.
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